Revista Chiapas

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LA MUJER QUE TODOS DESEAN TENER.

Revista Chiapas octubre 30, 2013

La mujer que todos desean tener

”La rosa es bonita, tersa, perfumada y duradera, pero tiene espinas. Otras flores no te pinchan, pero duran menos”

¿Cuál es el verdadero problema que enfrentamos como mujeres? A los psicólogos y analistas contemporáneos les debería preocupar respondernos esta pregunta, antes de intentar vendernos una nueva imagen para la supuesta “perfecta mujer actual”.

Hay muchos puntos que son indispensables para que podamos comprender y tratar de solucionar el dilema con el que la mujer en la actualidad debe lidiar.

En primera, el autoestima, tanto en hombres como en mujeres es vital, sin este no encontramos la capacidad para poder vivir la vida; capaces para poder elegir y con esta elección encontrar aquello que nos hará crecer.

La garantía de nuestra excelencia radica en aprender a querernos, en el caso de las mujeres, nuestra sociedad nos ha inculcado, en su mayoría de veces, a depender y a ser incompetente con la realización de nuestro propio ser, las niñas son una especie de necesitadas y de inválidas racionales.

Pero en la antítesis de lo anterior, ¿De qué manera una mujer puede evolucionar y realizarse exitosamente, sin perder de vista la feminidad y sus roles? Todo esto tiene un punto de partida, la aceptación; jugando un papel importante, y es que hasta para un cambio de apariencia, suele hacerse una consulta de dictamen popular, que a la prima, las amigas, el amante, las “redes cibersociales”, lo peor de todo es que aun teniendo la más firme decisión, el mismo asesor de imagen puede hacernos cambiar de parecer. Desde ahí estamos mal… Cualquiera que sea nuestra decisión frente a nuestra futura carrera sobre la carretera “existencia” debe ser nuestra, no por estar en la constante búsqueda de la aceptación, vamos a perder de vista nuestra propia aprobación.

No se trata de ser las “cabronas más grandes del mundo”, si para ser calificada como tal debo perder mi elegancia, mi dignidad y debo comportarme como una mujer de despistada moral, no es de ser abnegada o sumisa, es de elegir bien que rol quiero desempeñar. Quiero ser una madre, ama de casa, ¡perfecto entonces!, sin sentirme esclava de mis decisiones viviré de acuerdo a lo que decidí. Pero si opto por ser una ejecutiva, en ese caso también debo estar conforme y seguir exigiéndole a la vida y a mi misma, tomando en cuenta que ninguna de las anteriores es mejor que la otra, ambas son aceptables, y ambas pueden combinarse.

Quiero decirles, con nostalgia en mis palabras, que veo que en la actualidad, las mujeres hemos perdido nuestra esencia. Yo no soy feminista, no apoyo el hecho de estar buscándole defectos a los hombres, y es que las mujeres no somos iguales que los hombres, es cierto, somos igual de inteligentes y capaces, pero cada sexo debe cumplir un roll.

Hemos disipado nuestros valores familiares, la feminidad se está volviendo un mito, tanto que las mujeres actuales, en su gran mayoría no saben ni lavar ni cocinar, a cada paso “firme” vamos retrocediendo, por que vivimos confundidas, La televisión juega un papel muy importante educando a las mujeres pero sólo para que se desvistan y se vendan. En esta época de transición de la liberación de la mujer se confundió la libertad con el libertinaje. ¿Dónde se albergan a las damas hoy en día, mujeres racionales, rectas y dignas? Ser una mujer íntegra no es sinónimo de inexperta o de sumisa.

Estamos en la era de las confrontaciones entre ambos sexos. Un pensador dijo: Mujer ¿Por qué quieres ser como el hombre si este es un ser desorientado necesitado de ti? No hay sexo débil ni fuerte, simplemente somos el complemento del otro.

Los cambios de la vida moderna y el hecho de que las mujeres madres de familia trabajen, ya sea por necesidad económica o autorrealización, ha provocado que la dinámica en las relaciones de pareja y familiares se modifique.

El problema no es a qué se dedica la mujer, ya sea ama de casa de tiempo completo o no, es en que no se arrepienta de su decisión, ya las mujeres han perdido los ideales de crear hogares, y es que hoy en día abundan las casas.

Nuestro oficio, profesión u ocupación, no nos hacen mejores mujeres, es el hecho de saber lo que queremos.

Un día escuché a una excelente mujer preguntarle a sus hijas qué querían de desayuno a lo que ellas le contestaron: “Lo que sea”, entonces ella bajó a la cocina, abrió tres huevos, los dejó caer en un recipiente, cuando sus hijas bajaron sorprendidas dijeron: ¿Qué es esto mamá?, a lo que serena respondió: “Esto hijas mías es lo que sea”, por que en la vida el que pide lo que sea no solamente se le da, también se lo merece.

¡Mujeres! Retomemos los valores familiares para hacer de nuestro México una sociedad de hogares, luchemos por ser exitosas sin perder nuestra sensibilidad, enseñen a sus hijos a ser mejores personas, sin importar su sexo, recuérdenle a sus hijas que ser mujer no se trata de ser una mujer abnegada es ser fortaleza y perseverancia, es ser la creadora de vínculos familiares, es aquella que puede triunfar sin necesidad de sacrificarse o de su bajarse…

Adelante heroínas… ¡Busquemos juntas el éxito, no defraudemos el trabajo arduo de todas las mujeres que nos han antecedido, seamos pues el orgullo de nuestra historia, dejemos de pedir un lo que sea!

LIC. ESPERANZA CERNAS LÓPEZ,  ESCRITORA

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